La insaciable sed de China por fuentes de energía corre en sentido contrario a la extracción de petróleo, que ya ha superado o está a punto de superar el pico de producción, el punto en el que comienza el declive. Así las cosas, el gigante asiático está liderando la investigación mundial en energías renovables, más por necesidad que por convicción.

El último aldabonazo en este sentido es la adquisición por parte del Centro de Investigación de Nuevas Energías de Wuham de “Calla lily” (lirio de agua), un proyecto del estudio de arquitectura holandés Grontmij. El rascacielos en forma de flor ha sido considerado el edificio más sostenible del mundo, siendo el primer edificio en obtener el certificado BREEAM, que acredita las construcciones más autosuficientes energéticamente.


Para rematar el simbolismo del edificio, la estructura principal, de 140 metros de alto, está rodeada de construcciones en forma de pétalos que albergarán otros tantos laboratorios. La construcción del Lirio Acuático comenzará este mes de noviembre en Wuham, capital de Hubei, en el corazón de China.
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